Especialistas en salud mental

Generalidades

Enfermedad de carácter psíquico o mental que, además de alterar la habitual cognición y percepción del afectado, puede conllevar también la modificación de su conducta y la de sus emociones, impidiendo o dificultando más allá de lo mesurable el devenir cotidiano de su vida.

T. Paranoide

Principalmente se caracteriza por la creación delirante de ideas, dificultando a la persona la resolución de los problemas dentro de lo que ha estado siendo su vida cotidiana. Pueden aparecer con frecuencia alteraciones y/o alucinaciones auditivas, con lo que esto puede conllevar para la percepción de la realidad, trastocando la relación que la persona pueda tener consigo misma y con el entorno que le rodea.

T. Catatónica

Tipo de esquizofrenia caracterizado por modificar la psicomotricidad del individuo, tanto por exceso como por defecto, es decir, se puede observar en la persona afectada: tanto movimientos bruscos, posturas o posiciones extrañas, como el total inmovilismo del cuerpo, así como movimientos aparentemente involuntarios muchas veces no promovidos por estímulos externos. Queda decir, no obstante, que a todo este cuadro clínico, y para que pueda ser categorizado dentro de una esquizofrenia, se le han de sumar todos o algunos los síntomas generales de esta misma, siendo los problemas psicomotrices que pueda tener la persona así diagnosticada los que más pesar, sufrimiento o dificultades provoquen a dicho individuo en su quehacer diario.

T. Residual

No es en sí mismo un tipo de esquizofrenia, sino más bien, la consecuencia directa de haber sufrido en un momento pasado algún cuadro clínico de entre los tipos que engloban dicha enfermedad. De esta manera, se observa que el paso de una esquizofrenia por la vida de una persona puede dejar en la misma una serie de “huellas” o “cicatrices”, llamándose síntomas negativos por ejemplo, a todo aquello que en el individuo la enfermedad ha deteriorado. Ya sea este deterioro, pérdida de la capacidad lingüística, pérdida de habilidades sociales o, en definitiva, pérdida o deterioro de las capacidades o habilidades que la persona poseía tiempo antes de comenzar un proceso esquizofrénico. De otra forma, los síntomas positivos, denominados así como todo aquello que la enfermedad ha ido añadiendo a la conducta del individuo, a su cognición, etc… no deberían aparecer en el Tipo Residual tan marcados en intensidad, (por haberse conseguido disminuir a lo largo del tiempo), como lo estuvieron al inicio del padecimiento.

T. Desorganizada

Tipo de esquizofrenia en la que encontramos predominando una acusada desorganización tanto del lenguaje hablado como del comportamiento del individuo; todo ello muchas veces no asociado o no motivado por estímulos externos. Una ideación delirante puede aparecer aquí también en la persona afectada. No obstante, la falta de coherencia y organización de las ideas dentro de ese delirio vendrá a marcar la diferencia con los otros tipos de esquizofrenias; donde si podemos encontrar que, a pesar de estar ante un cuadro clínico semejante (ideación delirante), existe un claro orden en la estructuración de aquello que el individuo quiere o no quiere llegar a expresar.

T. Indiferenciada

Tipo de esquizofrenia que podemos comparar por similitud con la que nos encontramos en las primeras fases de cualquiera de los subtipos que componen el grupo de esquizofrenias, siendo clave en su diagnóstico el hecho de no llegar a derivarse en uno de mismos con el tiempo. Caracterizada principalmente por estar constituida por síntomas no muy diferenciados en importancia y gravedad, o lo que es lo mismo, constituida por síntomas de uno y otro tipo de esquizofrenia, sin que pueda definirse claramente a cuál de estos pueda pertenecer de manera particular.

Generalidades

Patología caracterizada principalmente por la disfunción de los estados de ánimo, es decir, no hay un control o, si lo existe, no el adecuado, de los ánimos que pueda el individuo afectado tener o no tener en un determinado momento, generalmente, pero no siempre, más o menos prolongado. Una subida o bajada de los mismos puede llevarse a cabo de manera acusada. Periodos de gran actividad junto con su reverso, a saber, periodos depresivos, van por fin a hacer de la vida de la persona una imposibilidad.

T. Bipolar, tipo I

El tipo I de este trastorno se caracteriza por no haber mucha diferencia en intensidad entre los estados de ánimos maniacos, a saber, aquellos de gran actividad, y los estados depresivos.

T. Bipolar, Tipo II

El tipo II aquí se caracteriza por haber una diferencia en intensidad entre los estado maniacos que, ahora, no llegarían a ostentar tanta energía (denominándolos hipomaniacos) como los estados depresivos.

T. Ciclotímico

Caracterizado en gran medida por ser un trastorno bipolar tipo I, sin que haya mucha diferencia de intensidad entre los distintos estados ánimo, pero sin llegar a tener, mayormente, en uno y otro caso, a saber, en los episodios maniacos y depresivos, tanta energía, por exceso y por defecto, como en dicho trastorno. Aquí llamaríamos a los estados maniacos, hipomaniacos, (citados anteriormente) y a los estados depresivos, como de depresión leve.

Generalidades

Patrón clínico en el que encontramos a la persona afectada bajo los efectos de un ausencia de energía en todo o casi todo lo que lleva a cabo. Pérdida de peso. Vacío existencial. Falto de ánimo  en las actividades que antes le proferían bienestar, etc… pueden ser algunos de los síntomas que al individuo hagan de su vida la imposibilidad.

Depresión mayor y T. Distímico

Entre uno y otro tipo pueden existir diferencias en su diagnóstico, pero la más característica entre ellos es el tiempo o duración que la persona sufre los efecto de esta ausencia de energía; siendo así que, la Depresión mayor puede durar de una a dos semanas, quizá más, y el Trastorno Distímico de uno a dos años.

Generalidades

Patología consistente en aunar dos o más síntomas característicos de la esquizofrenia junto con la sintomatología de una afectividad desajustada.

Maniaco

En esta vertiente o subtipo, cabe destacar a lo expuesto que, dentro de lo afectivo nos encontramos con un cuadro clínico donde la parte “maniaca”, a saber, por ejemplo, la irritabilidad, las ideas de grandeza, la falta de concentración, la euforia, la alteración del humor y del concepto de uno mismo, etc… se une con síntomas más propios de una esquizofrenia, sea del subtipo que sea.

Depresivo

En este caso clínico nos encontramos que en lo afectivo destaca los síntomas depresivos del afectado. A saber, pérdida de vitalidad, peso o apetito, insomnio, reducción del interés por las actividades habituales, etc.. A esto debe unirse, cómo no, algunos de los síntomas típicos de la esquizofrenia.

Generalidades

Teniendo en cuenta lo que pueda entenderse por personalidad, a saber, y en este caso, aquellas capas psicológicas que definen y diferencian a un individuo de otro, se puede llegar a la comprensión de que un trastorno de la personalidad es aquel padecimiento en el que el individuo aquejado no puede llevar su vida de manera normalizada, observándose una excesiva problemática en lo cotidiano y habitual, pues algunas de esas capas psicológicas que le envuelven no están haciendo su función correctamente, quizá saltando a la vista la tendencia de las mismas a la irracionalidad o a su poco o ningún control.

 

Paranoide

Cuadro clínico en el que se observan una acusada desconfianza del individuo en todas las tareas que lleva a cabo y que contemplen el relacionarse con los demás.

 

Esquizoide

Subtipo de trastorno de la personalidad que conlleva un marcado retraimiento de lo social por parte del individuo afectado.

 

Histriónica

Padecimiento en el que vemos al individuo buscar de manera patológica la atención de los demás. Además se observa una excesiva emotividad en el plano de las relaciones interpersonales.

 

Esquizotípico

Trastorno de la personalidad o cuadro clínico en el que se observa un déficit de lo social en el individuo, derivado de una disfunción de la percepción y de lo cognitivo.

 

Límite

Patrón inestable en tanto a las relaciones interpersonales, en la autoimagen, etc.. búsqueda, muchas veces incansable, de sensaciones límite, sean del tipo que sean, vengan de donde vengan.

 

Narcisista

Cuadro clínico en el que es de observar en el individuo una desmedida grandiosidad en el temperamento, acompañado de un déficit acusado de empatía.

 

Obsesivo compulsivo

Patrón de conductas basado principalmente en la inflexibilidad del individuo ante determinadas situaciones, tanto personales como interpersonales, y que muchas veces imposibilita su quehacer cotidiano.

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